Foto: cubannewyorker

Al sumergirnos en la vida de Martí, nos damos cuenta de que hay muchos matices que aún desconocemos de él. Por esta razón, deseo mostrarles un aspecto poco explorado de este líder inspirador. A simple vista, Martí no parecía un hombre imponente, midiendo alrededor de 5.5 pies y pesando menos de 140 libras. No parecía ser un rival para muchos, pero hay relatos que ilustran que su valentía superaba su apariencia física.

En un incidente durante una reunión en Nueva York en 1884, Antonio Zambrana lo reprendió con severidad, terminando por tildarlo de «cobarde y digno de usar faldas«. A esto, Martí, con serenidad y mirada fija, le replicó: «Debe saber que no solo no uso faldas, sino que mi fortaleza interna no cabe en las prendas que porto». Zambrana, furioso, intentó atacar a Martí, quien se mantuvo firme, a pesar de la diferencia física entre ambos. Gracias a la intervención oportuna de Maceo y Crombet, el conflicto no escaló, el conflicto no escaló. Martí, imperturbable, retomó su discurso sin mostrar signos de temor.

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Este carácter inquebrantable también quedó plasmado cuando Enrique Collazo, en una carta, lo etiquetó como «hombre débil«, desafiándolo a encontrarse en la manigua. Martí respondió con calma, sugiriendo que no necesitaban esperar para encontrarse y estrecharse las manos, y que estaría encantado de recibir una visita de Collazo cuando este considerara oportuno. Aunque el enfrentamiento nunca sucedió, debido a la mediación de otros exiliados, con el tiempo, Collazo admitió haber sido injusto en su juicio hacia Martí.

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