Millard Mitchell, nacido bajo el sol caribeño de La Habana un 14 de agosto de 1903, se convirtió en el primer luminar cubano en encender su estrella en el firmamento de Hollywood. Su talento lo llevó a engalanar la gran pantalla en aproximadamente treinta películas y dos proyectos televisivos, dejando una huella imborrable en la industria del entretenimiento. Entre 1931 y 1936, Mitchell hizo su debut y continuó apareciendo en ocho producciones estadounidenses, sentando las bases de lo que sería una trayectoria memorable.

Foto: cinematicrandomness

Tras un retiro temporal de las cámaras, Mitchell retornó con una presencia escénica más magnética que nunca, culminando en 1952 con un triunfo en los Globos de Oro, donde recibió la estatuilla como mejor actor de reparto por su impresionante interpretación en «My Six Convicts«. Además, compartió créditos con algunas de las más brillantes estrellas de su época, como Gregory Peck en el drama «Almas en la Hoguera» de 1949 y deslizándose por las notas musicales junto a Gene Kelly en «Cantando bajo la lluvia«. La habilidad de Mitchell para compartir pantalla con gigantes como Burt Lancaster y James Stewart solo evidencia su calibre como actor.

La cortina final para Mitchell cayó un triste 13 de octubre de 1953 en Santa Mónica, California, a la temprana edad de cincuenta años, debido a una lucha contra el cáncer de pulmón. Su partida prematura dejó un vacío en el mundo del cine, pero su espíritu y sus actuaciones siguen viviendo en el recuerdo de aquellos que tuvieron el placer de verlo en acción y en las nuevas generaciones que descubren su obra. Como testimonio de su versatilidad y carisma, Mitchell sigue siendo una figura relevante en la historia del cine.

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