Jorge Villazón Suárez, nacido en 1947 en la pintoresca localidad de San Fernando de Camarones en Cienfuegos, Cuba, es un nombre que resuena con un eco profundo en la historia del cine y la televisión cubanos. Aunque inicialmente estudió para ser mecánico tornero tras su servicio militar, fue la actuación la que siempre tiró de su corazón. A los 22 años, Villazón fue admitido en la exclusiva Escuela de Formación de Actores del Instituto Cubano de Radiodifusión, marcando el comienzo de una carrera brillante que se desarrollaría en la radio antes de encantar a la audiencia televisiva y finalmente dar el salto a la gran pantalla.
Quienes lo conocieron lo describen como un hombre de espíritu alegre, cuya sonrisa parecía abrir puertas y cuya ética de trabajo lo hacía destacar. Pero su carácter afable fue solo una parte de su genialidad. Lo que realmente lo distinguía era su inquebrantable dedicación a la excelencia artística, evidente en cada papel que interpretó. Se convirtió en un rostro familiar en la televisión cubana, especialmente por su actuación en «El Halcón», una serie que lo catapultó a la fama. Ganó premios y el amor del público, haciendo que su prematura muerte a los 46 años se sintiera como la pérdida de un héroe nacional.
Es difícil hablar de Jorge Villazón sin recordar algunos de sus roles más icónicos, especialmente su participación en películas como «Otra Mujer» y «Plácido». En este último, recibió el Premio Caracol de la UNEAC por su interpretación del poeta Gabriel de la Concepción Valdés. Pero tal vez lo más emotivo sea cómo el pueblo cubano lo mantuvo en su corazón mucho después de su partida. A día de hoy, su actuación en el drama policial «Día y Noche» como el Mayor Pablo, sigue siendo objeto de recuerdo y admiración. Falleció en un accidente de tránsito mientras circulaba en bicicleta por la intersección de las calles 19 y 68, en el municipio capitalino de Playa. El pueblo lo amaba y el pueblo lo lloró.
